martes, 24 de abril de 2012

Para ir tirando


Últimamente la monarquía española está que se sale.

Desde que se imputó al yerno del rey, Iñaki Urdangarín, por delitos de corrupción contra el pueblo español, no han parado de salir noticias que afectan a la casa real.

Luego le llegó el turno al nieto mayor, Froilán, el cual a su temprana edad goza de “placeres” un tanto inapropiados para un niño de 13 años.
Este resultó herido en el pie el pasado lunes 9 de abril, por disparársele accidentalmente una escopeta de calibre 36 mientras practicaba tiro. Y vemos que el tiro le salió por la culata, puesto que esta actividad está prohibida a los menores de 14 años.

El padre del joven Froilán, Jaime de Marichalar, podría recibir una sanción administrativa de entre 300 y 6.000€ por permitir que su hijo juegue con escopetas, además de no tener ni la edad ni la requerida licencia para utilizar tal arma.

Personalmente creo que es un precio ridículo ante un hecho que, de no ser personajes públicos y además de la casa real, la sanción sería mucho más severa, pues de todos es sabido que aunque sea un error, ha habido muchos errores por parte de civiles que se han castigado con más mano dura.
Con la suerte que tienen, seguramente al final todo quedará en cenizas y se cerrará el caso.

Por lo menos, a todo esto Froilán, ha salido ileso.


Y para finalizar, este lunes, día en que se celebraba el aniversario de la República, el rey Juan Carlos daba la campanada rompiéndose la cadera tras caerse mientras estaba de caza mayor en un país africano, Botsuana.

No podía haber elegido una semana peor para practicar lo que algunos les llaman deporte.

Además de estar cazando animales en peligro de extinción, lo hace cuando el país se encuentra en una encrucijada económica, con una deuda externa galopante y la total desconfianza de los mercados. Además, sus ciudadanos han visto recortados recientemente sus derechos laborales y sociales, y desde todas las altas esferas políticas se pide austeridad y sacrificio por parte del pueblo español.

¿Es lícito pues, que el Rey practique la caza ( no olvidemos que es una práctica típica de economías boyantes ) de animales en peligro de extinción?

Antes de clamar al cielo, hay que preguntarse: ¿Qué hacía allí? Hay medios de comunicación que, adrede o por olvido, no han hablado del trato que ha cerrado con un jeque árabe.

La construcción del AVE en Qatar se ha resuelto con la concesión a tres empresas españolas, que harán las instalaciones y la logística, e incluso el mantenimiento de la red ferroviaria, una vez esté finalizado.

Ahora, la pregunta cambia: ¿Es lícito matar animales en peligro de extinción para “celebrar” un acuerdo comercial?

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